Entre gritos, pataletas y berrinches viven muchos padres el día de hoy. Niños y niñas queriendo hacer y deshacer a sus anchas sin aceptar que nadie les diga nada.
Niños y niñas que no quieren respetar, que les cuesta aceptar la autoridad, que no distinguen el rol de padres e hijos, de niños y adultos. Que les queda más fácil llorar que dar indicaciones sobre lo que desean o no desean o simplemente expresar lo que quieren o no quieren.
Padres que lo dan todo porque no escuchar esos gritos, esos llantos, esas pataletas…
Padres desesperados porque no saben qué hacer…
Padres al borde de la locura porque creen que sus hijos no tienen remedio… que simplemente son así.
Padres que se desbordan en detalles, en cosas u objetos materiales pensando que esto de cierta forma apacigua esa irritabilidad de los hijos que no tienen o están fuera de control.
¿Ay Santi porque eres así? ¿Ay Luzcila porque haces eso? ¿Ay Pablo que quieres…dime quieres esto o esto? ¿Ay Armando no…no…no?
Paula mira que si sigues comportándote así no te llevo a xxxxx, no te compro xxxx; en fin se podría hacer un listado bien extenso teniendo en cuenta todas y cada una de las diferentes expresiones que los padres de hoy día en su caótico día hacen sobre hijos e hijas.
Muchos por otra parte se cuestionan sobre el hecho de porque anteriormente “En mi época” no se comportaban así.
“Yo no era así, o nosotros no éramos así”, “a penas nos miraban ya entendíamos lo que debíamos hacer” “Jamás me atreví a responderle a mis padres” “ay de que hiciéramos algo malo”.
